En esta primavera
seca que achicharra los campos y deja enjutos los pantanos, el bosque de pinos
junto al pueblo se convierte en un oasis apacible y fresco en las mañanas de
mayo.
Sentados en lo
alto de un sendero estrecho que asciende por encima de la copa de los
pinos de los bajos, el tiempo se detiene contemplando el paisaje natural y
escuchando el sorprendente trino de afiladas notas de un ruiseñor que nos alerta
de su presencia oculta entre los árboles. A lo lejos, sentado en un banco
próximo a la fuente, un hombre lee un libro acompañado de los agradables cantos de los pájaros y el rumor ocasional de algún vehículo que
asciende hacia los montes. El caminar temprano por el parque se hace con
tranquilidad, disfrutando de la sombra fresca de los pinos y por senderos
adecuados a las fuerzas de cada uno. El encuentro con un vecino que pasea un
sediento perdiguero de pelo largo y ondulado, da lugar a una tertulia
agradable y campechana en la que se abunda en la permanente queja sobre la sequía,
los incendios forestales, la grave consecuencia en la cosecha de cereal de
secano y en la cría de la perdiz, ave sufrida que también necesita el agua, el grano
y las proteínas. Por el puente que cruza el barranco hacia la riera, unas
vecinas acercan su caminar diario con paso tan alegre y dicharachero que me animan a continuar subiendo el sendero hacia lo alto, desde donde se
contempla una magnífica vista del lugar por encima del parque forestal. Por el camino, una orquídea solitaria aparece entre la yerba disfrazada de insecto que llama la atención del paseante. El
entorno natural del parque forestal nos descubre sus secretos a cada paso que
damos si lo hacemos con respeto, y extremando la vigilancia por el grave riesgo de incendios. Un lugar estupendo para pasear tranquilos en plena naturaleza y respirar el aire puro de los montes.
El parque forestal, al natural.
És una passejada perfecte, relaxant, bonica, respectuosa en un medi que està patint. Gràcies
ResponderEliminarA ti, por compartir tus impresiones.
EliminarDan ganas, con una cierta edad, de pasear por ese parque forestal.
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