Tiempo de olivas
La Sara, cumpliendo de buena mañana. Después del madrugón y llegando a Ballobar sobre las siete de la mañana, la Sara de Pecaya, que ha iniciado su jornada laboral en la gasolinera, es la primera persona que acostumbro a saludar. Buena conversadora, de carácter aragonés –que dice lo que piensa sin tapujos— y una persona excelente con la que conservo la amistad y el aprecio de siempre. Fuera hace un orache fresco que invita a taparse y a calentar el cuerpo con un café en el bar de la estación. Dentro del local, saludo a José M. el "Julia" José María el Julia que ha traído una mata de hierba marreu –marrubio, en castellano—que, según dice, sirve para curar toda clase de males: escoceduras, mal de muelas, hipertensión, mal de estómago y mejor que la tierra pelaire para todas las clases de llagas; un experto en hierbas, como pocos, que nos ilustra de buena mañana con sus conocimientos a los presentes. Un buen pastel de naranja. Al ser jueves, alg