Escapada al Pirineu
Anciles |
Entrados en este otoño sin boiras ni cerceras del Moncayo decidimos cambiar de aires y hacer una visita al Pirineu, a ver si allí refresca un poco.
Las obras del congost de
Ventamillo complican el recorrido natural y subimos por Graus, Bonansa, Noales
y Castejón de Sos hasta Benasque. Una carretera sinuosa, pero en buen estado, con
un paisaje de bosques ribereños, encinas, boj, abedules y avellanos pintados de
otoño que nos conduce, aguas arriba del rio Ésera, hasta Benás.
Una vez acomodados en una
sencilla pero limpia habitación de hotel con buen servicio, saciada el hambre
con buenas viandas y el preceptivo descanso que la edad requiere, en este caso
por el madrugón, emprendemos camino de Anciles, una pequeña población a dos
quilómetros de Benasque. Allí cogemos en sendero que asciende sobre una alfombra
de hojarasca de abedules por el barranco de Matasomers. Un recorrido encantador
entre paredes de piedras de granito y pastos, musgos, fresnos y espesas matas de
boj que refrescan un paisaje que oscurece y se impone un regreso prematuro que
se querría evitar por placentero.
El siguiente día, repuestas
las fuerzas con un buen desayuno continental y provistos de mochila y ganas de
conocer los parajes accesibles del valle, salimos en coche hasta el Plan de
Turpi donde iniciamos el recorrido de las Gorgas del Alba, un sendero pedregoso
que asciende entre cascadas y pozas que forman las aguas vertiginosas del Ésera.
Las manchas de boj, saúcos, los fresnos, abedules y enebros van dejando paso,
en el ascenso, a los pinos negros, abetos y verticales hayas cuyas hojas tintinean
amarillas con la brisa extendiendo el tenue brillo de la pálida luz de un sol que
se filtra tímido entre la bruma de una mañana fresca que nos hace olvidar los
calores de este verano interminable que agosta los cultivos de los huertos en
el Bajo Cinca.
Gorgas de l'Alba |
Bonito texto y preciosas fotos.Dan ganas de hacer la excursión .
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